Esta vez sí, esta vez sí que marchamos de Daimiel bien satisfechos.
El paseo que ayer nos dimos por las Tablas de Daimiel fue una verdadera
gozada, nada que ver con la anterior vez
que estuvimos. Para empezar, hacía un cielo despejado y una temperatura
muy agradable. Porque la otra vez que fuimos el cielo estaba nublado y
hacía un día muy mustio. Como este invierno las lluvias están siendo muy
escasas no nos habíamos hecho muchas ilusiones respeto al agua, pero
nos llevamos una gran sorpresa al llegar.
Me tuve que enfadar con los pequeños pajarillos, porque no paran
quietos ni un momento y así no hay quien les saque un retratillo (y
menos con mi cámara compacta). Es enforcarlos con el zoom y salen
disparados. En cuanto al resto de aves, no estoy muy puesta en el tema,
pero que recuerde vimos flamencos, cigüeñuelas, agiluchos laguneros,
mosquiteros, garzas, petirrojos, un rascón, muchos muchísimos patos. Uno
de los grandes momentos de la jornada fue cuando pudimos ver un zorro
bastante bien, pero se escondió antes de que pudiésemos hacerle la foto.
Al menos nos queda la satisfación de haberlo visto.
En conclusión, un gran día con bocatas, buena compañía y en un entorno que merece enormemente la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario