El
Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel comenzó a recibir en los
últimos días aportaciones de agua procedentes del río Azuer, que tras
verterlas en el cauce del río Guadiana, del que es tributario, están
inundando el humedal manchego, favorecido también con las últimas
lluvias.
La
buena situación hídrica que registraba el río Azuer en los últimos
meses, cuyo cauce prácticamente se ha mantenido con agua desde el pasado
invierno, y el hecho de que la presa de Puerto Vallehermoso se
encuentre llena, está favoreciendo la circulación del agua hasta llegar
al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. Durante estos días, ha
llegado a alcanzar niveles máximos de caudal de 0,815 metros cúbicos por
segundo, según los datos registrados en la estación de aforos que tiene
la Confederación Hidrográfica del Guadiana en Daimiel.
OJOS DEL GUADIANA
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Ya en las últimas semanas se pudo observar cómo el agua de este río se incorporaba al cauce del río Guadiana en el entorno del molino de la Máquina y que lentamente circulaba hasta entrar en contacto con las que se encontraban encharcadas entre los molinos de Molemocho y Griñón.
Las
lluvias de los últimos días han acabado por favorecer la entrada de
agua al parque nacional a través del río Guadiana por el molino de
Molemocho, lo que es una circunstancia excepcional, debido a la
influencia negativa que tiene en esta parte de la cuenca hidrográfica
del Guadiana la sobreexplotación del Acuífero 23, que impide la
circulación de las aguas superficiales.
La aportación del Azuer
El río Azuer es el
primer afluente del río Guadiana que le aporta agua por la margen
izquierda, a escasos kilómetros de su llegada al Parque Nacional de las
Tablas de Daimiel. Este río tiene una longitud de 109,57 kilómetros y
tras nacer en Villahermosa, en plena comarca del Campo de Montiel,
recorre gran parte de la Llanura Manchega atravesando localidades como
La Solana, donde se encuentra su único embalse, el del Puerto de
Vallehermoso, Membrilla, Manzanares y Daimiel.
En
la actualidad, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel mantiene
inundadas más de 900 hectáreas de terreno de las 1.850 que como máximo
son susceptibles de ser encharcadas. Esto supone que el parque nacional
tiene en estos momentos más del 60 por ciento de su espacio inundado, a
principios del año hidrológico.
Las
Tablas de Daimiel conformaban el paraje natural resultante de la unión
de las aguas de los ríos Gigüela y Guadiana, que antes de la
sobreexplotación del Acuífero 23 aportaban agua en abundancia dando
lugar a amplias inundaciones del terreno.
El
Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel registró en 2010 su inundación
completa tras la grave sequía que había sufrió años atrás, y que
provocó que fuera escenario de graves incendios de turbas, que
convirtieron este espacio natural en un «gran brasero», en el que la
tierra ardía ante la falta de agua.
Día 08/11/2011
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