lunes, 24 de junio de 2019

Con la mirada en Las Tablas de Daimiel


Más de 4,6 millones de personas han visitado Las Tablas desde su declaración como parque nacional en 1973 hasta diciembre de 2018.

Las administraciones trabajan desde hace años en el fomento del turismo como motor económico y de empleo, aunque ha sido esta última legislatura cuando se ha puesto un mayor énfasis en el reto de incrementar el porcentaje que representa este sector en el global del Producto Interior Bruto (PIB). 

Partidas presupuestarias más elevadas, proyectos ambiciosos y una apuesta por la calidad escenifican la revolución turística iniciada en la provincia. Hay territorios, con escasos recursos, en los que han tenido que tirar de imaginación para subirse a esta ola;otros, como Daimiel y Villarrubia de los Ojos, tienen una joya en forma de humedal sobre la que han planificado su estrategia.

Las Tablas de Daimiel, declarada parque nacional el 28 de junio de 1973, es un humedal prácticamente único en Europa, último representante del ecosistema denominado tablas fluviales, antaño característico de la llanura central de la Península Ibérica. Fue a partir de 1980, con la inauguración de sus populares pasarelas y la apertura de la primera oficina de turismo, cuando comenzó a recibir una mayor afluencia de visitantes. Desde entonces y hasta el 31 de diciembre de 2018, un total de 4.682.444 personas han visitado este espacio protegido, lo que representa una media anual de 120.623 visitantes.

El director de Las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, asegura que «el reto no es incrementar el número de visitas, sino conseguir que el visitante tenga un perfil más naturalista y pase más tiempo en el entorno, contribuyendo a crear riqueza». Recuerda que el parque nacional es «pequeño» y que el objetivo sería «mantener la cifra media de unos 180.000 visitantes de los últimos cinco años». El récord se produjo en 2010 con cerca de 400.000 personas, justo un año después del triste episodio de los incendios de turbas. La dirección del parque habilitó cuatro senderos, abrió un segundo centro de visitantes en el Molino de Molemocho e inauguró un punto de venta de artesanía, productos agroalimentarios y merchandising en diciembre de 2015.

Para evitar que el turista de Las Tablas se marche directamente a la vecina localidad de Almagro tras la visita al parque nacional, el Ayuntamiento daimieleño y los empresarios de la localidad llevan años trabajando para diversificar la oferta turística y ofrecer un servicio de calidad, con el fin de que estas personas entren a comer y comprar a la ciudad e, incluso, pernocten en alguno de sus establecimientos hosteleros. Ylo han hecho, en la mayoría de los casos, aprovechando las subvenciones para las áreas de influencia socioeconómica de los parques nacionales que cada año convoca el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN).

Ruiz de la Hermosa apunta, por ejemplo, a las ayudas concedidas para el desarrollo del proyecto integral en el entorno de la laguna de Navaseca, entre las que se encuentra una partida de más de 200.000 euros para la construcción de una balsa de tormentas; para el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer, que desde su apertura en 2014 ha recibido 38.115 visitantes; e incluso para la primera fase de las obras de restauración de la Venta de Borondo. Este inmueble quijotesco, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es una de las asignaturas pendientes de cara al futuro, ya que posee un enorme potencial turístico.

empresarios. «Si echamos la vista atrás unos años, hemos mejorado bastante». Jesús Pozuelo, presidente de la Asociación Turística Tablas de Daimiel, mira al futuro con optimismo y vincula el éxito del sector a «una apuesta decidida por la calidad». Destaca, en este sentido, el esfuerzo realizado por los establecimientos hosteleros para ofrecer al visitante «una oferta de restauración de calidad», en el marco del Sistema Integral de Calidad Turística en Destino. Desde la Oficina de Turismo confirman que una docena de empresas de la localidad cuentan ya con el sello Sicted, un distintivo al que aspiran nuevos negocios en este 2019.

El objetivo, explica Pozuelo, es que el visitante de Las Tablas pase después a la ciudad a comer o hacer compras, para lo que se instalarán vallas de promoción y se embellecerá el acceso a la localidad desde el parque nacional. «Calidad y promoción», insiste el presidente de la Asociación Turística Tablas de Daimiel, que hace hincapié en que las pernoctaciones, aprovechando los nuevos reclamos turísticos del municipio, es otro de los retos a medio plazo. Actualmente existen plazas de alojamiento «suficientes», 270 camas (más algunas supletorias) repartidas en cuatro hoteles, de tres y dos estrellas, un hotel rural, un hostal y tres casas rurales. Sólo existen algún problema puntual en los puentes oSemana Santa.

Hay además dos empresas de ecoturismo que organizan visitas al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y la laguna de Navaseca, mientras que el Ayuntamiento gestiona directamente la Motilla del Azuer. En este sentido, Jesús Pozuelo demanda «un estudio de capacidad de carga de visitantes» para este yacimiento arqueológico, «para una mejor gestión» de este recurso turístico en auge.

Las Tablas son la joya de la corona de Daimiel y comarca. Todo los recursos giran en torno a este espacio natural. Y de eso, también es consciente el Ayuntamiento, pues «solo el hecho del nombre de Daimiel contribuye a la divulgación y conocimiento de nuestro municipio», comenta su alcalde, Leopoldo Sierra. A partir de ahí, empiezan a fluir actividades relacionadas con este ecosistema. 

Sucede con las empresas de turismo activo con visitas guiadas al humedal y otras tantas actividades. Sin embargo, el Consistorio daimieleño considera necesarias otras acciones que favorezcan que el visitante entre a la propia localidad. Y con ese reto encima de la mesa, el equipo de Gobierno trabajará en la renovación del Centro de Interpretación del Agua para hacerlo «más atractivo al visitante» y posibilitará la accesibilidad en la Motilla del Azuer para quienes por razones físicas no pueden desplazarse hasta la fortificación de la Edad del Bronce. El objetivo, «persuadir al turista a entrar en la localidad y hacer uso de sus servicios, ya sean hoteles, restaurantes y otra prestaciones relacionadas en este sentido con el sector». Todo ello, sin olvidar otras acciones ya emprendidas como la Laguna de Navaseca o la Venta de Borondo, «donde hemos dispuesto los medios de los que disponíamos para contribuir a su conservación».

Las Tablas siempre han estado ahí. «Regalándonos un ecosistema excepcional y único en Europa» al igual que lo es La Motilla del Azuer como yacimiento arqueológico. El Consistorio, dentro de sus competencias, ha perseguido apostar por el turismo rural e impulsar proyectos al objeto de establecer nuevas herramientas que permitan diversificar la economía en el medio rural. Fiel reflejo de ello, ha sido la implantación en el último año del sello Sicted en establecimientos y servicios de la localidad, pues «siendo conscientes del despertar del turismo rural queremos seguir apostando en dos términos: calidad y nuevas herramientas como permitir una visita virtual a la Motilla del Azuer desde el Museo Comarcal».

Diferentes iniciativas que hacen de la Marca Daimiel un referente a otros niveles. Así sucedió, recuerda Sierra, con el Congreso de Ecoturismo del que salió la ‘Declaración Daimiel’ sobre ecoturismo y con los dos congresos internacionales de musealización y puesta en valor del patrimonio cultural Leagatum 2.0, pues «también es importante conjugar racionalmente la oferta y demanda de nuestra riqueza cultural y natural si queremos que el turismo funcione e impulse la economía de la zona». Y todo ello, con la mira puesta en Las Tablas.

viernes, 14 de junio de 2019

Las Tablas de Daimiel mantienen inundadas 625 hectáreas del Parque


El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, mantiene inundadas 625 de las 1.750 hectáreas de terreno que son susceptibles de encharcarse de manera natural.

El Director del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa ha señalado que durante el mes de mayo no ha llovido nada en el parque nacional ni en su entorno, por lo que las esperadas lluvias de la primavera han sido escasas, lo que tiene un importante reflejo en los niveles de inundación del parque.

A algo más de una semana de que comience el verano, el parque se encuentra inmerso en un proceso de desecación que le llevará reducir notablemente su inundación hasta llegar a las 175 hectáreas a principios del otoño, según ha explicado este jueves a Efe Carlos Ruiz de la Hermosa.

En cualquier caso, ha apuntado que el río Guadiana sigue aportando "un poco agua" al parque, que cesará en las próximas semanas.

El último dato de aforo que disponía el parque era de mediados de mes y entraban unos 150 litros por segundo al parque, sin embargo, ha dicho Ruiz de la Hermosa, "en estos momentos el caudal de agua es mucho menor y acabará de llegar al parque en una semana".

Las escalas de medida de la zona inundada entre el Molino de Molemocho y el dispositivo hidráulico de El Morenillo han bajado unos 12 centímetros, si bien en la zona del parque conocida como Las Cañas se mantienen los niveles.

En este sentido, ha matizado que la zona inundada del parque se distribuye por la parte suroeste del espacio protegido, quedando completamente seca la zona noreste, donde se está produciendo una importante colonización de tarayes y carrizo, sobre los que "habrá que actuar" con trabajos silvícolas.

Ruiz de la Hermosa ha comentado que en el lado más positivo está en que en la zona inundada del parque, en Las Cañas, se mantienen las praderas de ovas que están sirviendo de zona de alimentación de un importante número de aves acuáticas.

En cuanto a la situación de la avifauna, ha advertido de que actualmente se está en plena época de cría, por lo que se están realizando los últimos informes técnicos que concluirán con el censo de aves nidificantes en el parque que se dará a conocer una vez que esté concluido.

En cualquier caso, ha indicado que las perspectivas son que este censo sea "más discreto" que el del año pasado, debido a que la situación del parque es distinta a la que presentaba el año pasado en la época de nidificación de las aves.

El parque nacional de Las Tablas de Daimiel es el menor de los que conforman la red de parques nacionales y, situado en el centro de La Mancha húmeda, es el último representante del ecosistema denominado tablas fluviales.

Con una superficie de 1.928 hectáreas, acoge una gran riqueza faunística, lo que le llevó en 1982 a ser declarado zona Ramsar para la protección de los humedales y, posteriormente, Zona de Especial Protección para las aves por la Unión Europea.

Fuente EFE: https://www.clm24.es/articulo/ciudad-real/tablas-daimiel-mantienen-inundadas-625-hectareas-parque-nacional/20190613184351246486.html

miércoles, 5 de junio de 2019

El Escribano Palustre se siente como en casa en las Tablas de Daimiel

/Redacción/Foto: SEO Bird Life/

El último censo realizado para determinar el estado poblacional del amenazado ‘Escribano palustre’ iberoriental en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, ha arrojado unos buenos resultados al mantenerse su población con respecto al censo del año 2018.

Según los datos del censo que acaba de finalizar y que han sido dados a conocer por el Organismo Autónomo Parques Nacionales, la población de ‘Escribano palustre’ iberoriental se mantiene en 47-53 parejas, «lo que es una magnífica noticia considerando el estado de la especie y la situación de inundación de Las Tablas actualmente».

El censo, que ha coordinado Juan Salvador Monrós, del instituto ‘Cavanilles’ de Biodiversidad y Biología de la Universidad de Valencia, y en el que ha participado Manuel Carrasco y Carlos Ruiz de la Hermosa, técnico y director del parque nacional, respectivamente, revela la importancia de Las Tablas de Daimiel como reservorio de la especie a nivel nacional.

En este sentido, han explicado que la especie mantiene en la Península Ibérica un contingente entorno a 150-160 parejas en base a los censos de estos últimos años con tres núcleos poblacionales exclusivos que se encuentran, además de en Las Tablas, en el Delta del Ebro y en la Albufera de Mallorca.

Los últimos censos, realizados desde el año 2016, revelan una tendencia ascendente de las poblaciones en Las Tablas de Daimiel, donde en 2018 ya se estimaron unas 47-53 parejas.

Sin embargo, la situación de la especie ha ido empeorando desde que en 2005 se realizó el primer censo nacional, cuando se determinó en 254-360 el número de parejas censadas en todo el país.

En Castilla-La Mancha se encontraba el núcleo poblacional más numeroso con 160-205 (el 50 % de la población española), destacando entonces la población del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel con 90-120 parejas.

Tras estos datos, se decidió incluir a la subespecie en el Catalogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de En Peligro de Extinción.

Diez años después, en el 2015, se realizó el segundo censo nacional de la subespecie y el número de parejas censadas fue de 144-158, con un descenso de alrededor al 50 % en parejas reproductoras y una reducción ostensible en cuanto a humedales que ocupa, siendo entonces la población del Parque Nacional de Las Tablas de unas 15 parejas, cifra que ahora se ha recuperado sensiblemente.

Fuente: https://www.elconfidencialdeciudadreal.com/2019/06/04/el-escribano-palustre-se-siente-como-en-casa-en-las-tablas-de-daimiel/